Photo 100 1 - Blanco








         Todo en él era blanco. De un blanco distinto. De un blanco etéreo, casi irreal. Sus ojos, increíblemente azules, eran la única nota de color. Enmarcados, por supuesto, por las níveas pestañas. Níveas como el resto de su cabello.
         Sentado en aquella tapia parecía no pertenecer a éste mundo. Pero claro… él no pertenecía a éste mundo. Pertenecía al mundo de los sueños, dónde todo tenía cabida. Yeialel lo miraba con una sonrisa en el amable rostro, mientras comía moras de cuando en cuando.
         —Me gusta esto, Paul —susurró mirando ahora al cielo—. Hay paz aquí. También tristeza… pero suele ser extraño encontrar la una lejos de la otra, al menos para nosotros.
         Y supo que en ése momento se refería a ambos, no únicamente a su gente, a su pueblo. Y era cierto. Porque aquella tierra, la suya, estaba llena de nostalgia. La misma que embargaba a aquel extraño muchacho inmortal cuándo estaba mucho tiempo fuera de su hogar.